Bueno, sin más dilación, en este segundo responderé a la pregunta ¿En qué se basa la experiencia de usuario? Pues en una ecuación muy simple que comienza por una persona que quiere solventar un problema o que quiere satisfacer una necesidad.
Como diseñadores de experiencias buscamos crear algún tipo de mecanismo, servicio o producto que satisfaga las expectativas de esta persona mediante un proceso, artefacto, herramienta o dispositivo.
Entre ambos, persona y dispositivo, se producirá una interacción que tendremos que analizar en profundidad para conseguir que ésta genere la mejor experiencia posible.
La manera de hacerlo es mediante una serie de disciplinas que se detienen en todas y cada una de los aspectos que intervienen. Cómo podéis comprobar, el diseño de la Experiencia de Usuario es una ciencia compleja que aúna muchas ciencias en una.
En esta relación perfecta, la UX se acostumbra a centrar en el estudio de lo que pasa delante de la pantalla, de las motivaciones y necesidades del usuario. La UI o diseño de la interfaz de usuario, se centra más en lo que pasa en la pantalla, en la distribución de los elementos gráficos, en los colores o en las reglas visuales. El diseño de la Interacción se concentra entonces en las formas de trabajar, en los flujos o las respuestas esperadas.
Muchos autores coinciden en afirmar que la base de la UX se centra en diseñar la interacción mediante la identificación de la funcionalidad, la generación de prototipos y wireframes que nos permiten conocer la navegabilidad de las aplicaciones diseñadas, la arquitectura de la información que busca definir su estructura, el diseño de la información y de los contenidos para hacerlos lo más intuitivo posibles, la ingeniería de acceso y usabilidad que persigue la mayor facilidad de uso posible para el usuario y la investigación de usuario que determina cual es la necesidad a satisfacer.
Por el contrario, la UI se centra en crear un diseño visual compuesto por colores, tipografías e iconografías que se reflejaran en las pantallas que definamos. Y eso es un arte. Es una tarea complicadísima que cientos de diseñadores acometen y superan diariamente con nota. Esto, sin duda, se merecería una entrada en el post o un video que seguramente no estaría nunca a la altura de los miles que ya hay publicados por el Internet.
Quizás para entender bien la diferencia entre disciplinas tenemos este ejemplo del Ketchup Heinz. A la derecha tenemos un bote muy chulo de la marca que tiene en cuenta el diseño. A la izquierda tenemos el diseño chulo que además ha tenido en cuenta el para que sirve el bote y cómo lo va a usar el usuario. Eso es UX.
Esta ciencia busca entender bien las seis mentes que se esconden en el cerebro de nuestro usuario. La primera es la visión y es la que nos permite descubrir qué y donde miran sus ojos. La segunda es la espacialidad que captura su percepción sobre el espacio y las interacciones propuestas. La tercera es la memoria que intenta activar sus modelos mentales aprendidos. La cuarta mente es el lenguaje que nos enseña a aprender su léxico. La quinta es la emoción que descubre lo que le atrae, lo que le despierta o encandila. Y la sexta es la toma de decisiones que quiere aumentar y estimular sus micro decisiones. Las más cercanas a la amígdala reptiliana.
Para mi la UX se entiende muy bien con una palabra y un chiste de Dilbert, coherencia.
Igualmente, la UI se entiende también muy bien con otra palabra y otro chiste de Dilbert, armonía.
Y hablando de UI y armonía sobre todo recordad. Cada vez que usas COMIC SANS… un diseñador pierde sus alas.
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