Durante este mes de agosto, David Byrne, el mítico líder de la banda de new wave americana Talking Heads, ha publicado un fantástico artículo en el MIT Technology Review sobre la tecnología y la interacción humana, o más bien sobre la cada vez más ausencia de la misma.
No puedo estar más de acuerdo con el Sr. Byrne. Tanto que creo que todos los tecnólogos, marketers, CIOs, CTOs, CEOs y demás Cs influyentes de este país deberían leerlo y comenzar a pensar en aplicar de manera inteligente los designios del Diseño centrado en el usuario, la Experiencia de Usuario, el Diseño Estratégico de productos y servicios o como quieran llamarlo. Si no lo hacen, aparte de perder dinero a espuertas, ayudarán a que los humanos seamos menos completos como personas y como sociedad.
Para hacerlo más fácil, aquí les lo dejo el artículo traducido al castellano. Que ustedes lo disfruten.
“Tengo la teoría de que, gran parte del reciente desarrollo e innovación tecnológica acontecida durante más o menos la última década, tiene una agenda tácita global. Se trata de crear la posibilidad de un mundo con menos interacción humana. Esta tendencia es, sospecho, no un error sino una característica. Podríamos pensar que Amazon trataba de poner a nuestra disponibilidad los libros que no pudiéramos encontrar cerca de nuestra casa. Y así fue, una idea brillante. Pero tal vez también podía tratarse de eliminar el contacto humano.
La tecnología de consumo de la que estoy hablando no reclama o reconoce que la eliminación de la necesidad de tratar directamente con los seres humanos sea objetivo principal, pero es el resultado en un número sorprendente de casos. Estoy pensando que tal vez sea de verás el objetivo principal, aunque éste no estuviera dirigido de forma consciente. A juzgar por la evidencia, esa conclusión parece ineludible.
Esto entonces, es la nueva norma. La mayoría de las noticias de tecnología que nos bombardean constantemente son sobre algoritmos, Inteligencia Artificial, robots y coches autónomos, los cuales se ajustan perfectamente a este patrón, todos ellos. No estoy diciendo que tales desarrollos no sean eficientes y convenientes; esto no es un juicio en absoluto. Simplemente noto un patrón y me pregunto si, al reconocer ese patrón, podríamos darnos cuenta de que es sólo una trayectoria de muchos. Hay otros caminos posibles por los que podríamos estar discurriendo, y por el que estamos haciéndolo no es ni inevitable ni el único. Simplemente ha sido elegido, posiblemente de forma inconsciente.
No estoy diciendo que muchas de estas herramientas, aplicaciones y otras tecnologías no sean altamente convenientes. Pero en cierto sentido, van en contra de lo que somos como seres humanos.
Me doy cuenta de que estoy haciendo algunas alocadas generalizaciones y suposiciones con esta propuesta, pero puedo afirmar que estoy, o he estado, en el campo que se identificaría con el deseo no reconocido de limitar la interacción humana. Aunque crecí feliz encontré muchas interacciones sociales extremadamente incómodas. A menudo me preguntaba si había reglas en algún lugar que nadie me había contado y que lo explicarían todo. Todavía hoy cometo a veces algunas sutilezas sociales “explicadas” por mí. A menudo me gusta ir a un restaurante solo y leer. No me gustaría tener que hacer eso todo el tiempo. Pero no tengo ningún problema con ello aunque a veces sea consciente de las miraditas que dicen “Pobre hombre. No tiene amigos.” Así que creo que puedo tener cierta idea respecto a de donde puede proceder ese deseo tácito.