Hola a todos
Recientemente, unos colegas y yo llevamos a cabo una píldora del conocimiento en nuestro trabajo que versaba sobre el concepto de la Industria 4.0. Bien. Para mi que me gustan mucho los videoblogs y todas esas cosas molonas, tanto como la que estáis viendo, se me ocurrió hacer una a la que he titulado “La Industria 4.0 – Todo lo que quería saber”.
Entonces, lo primero que debéis saber es ¿por qué es la cuarta? Es fácil. Porque ha habido tres antes. Sobre del primero, el 1.0, dicen que fue alrededor del siglo XVIII, específicamente en 1784 cuando se construyó una máquina para crear el primer telar mecánizado. La complejidad no era muy alta pero sí suficiente para comenzar a hacer cosas un poco más mecanizadas y menos artesanales.
El segundo punto, la Industria 2.0, fue hacia fines del siglo XIX, cuando se instaló la primera cinta transportadora en el matadero de Cincinnati y comenzó el concepto de producción en masa, gracias a la línea de ensamblaje y la electricidad que lo alimentaba.
Y el tercero fue sobre los años setenta del siglo pasado, cuando inventaron el controlador lógico programable o el concepto de PLC. Aquí la ventaja evolutiva vino con los sistemas electrónicos y la tecnología informática que rodea a los PLC, lo que permite cierta globalización y la reubicación de las fábricas.
Y la 4.0, al final, es solo un punto en el tiempo en el que vivimos hoy. Un punto en el que existe una increíble confluencia de diferentes metodologías, pensamientos sociales y económicos, y tecnologías muy disruptivas como el IoT, los sistemas ciberfísicos, la Inteligencia Artificial, la hiperconectividad, el Big Data ... muchas cosas que permiten, por ejemplo, obtener mayores eficiencias en estas cadenas de producción, simular virtualmente nuestras fábricas o productos, prevenir daños o malos funcionamientos. Y eso además es algo que nos ha permitido tener una mano de obra más calificada, trabajando en otras tareas de valor agregado en lugar de trabajos de rutina o artesanales, gracias principalmente a la aplicación de software.
Así, en mi opinión, una de las cosas que más me interesa y que escucho siempre con mucha atención es lo que nos dice Jeremy Rifkin. Les aconsejo que presten atención y lean sus libros, por ejemplo, "El final del trabajo" editado en 1995 o "La tercera revolución industrial". Es este último concepto sobre el que me gustaría prestar atención ahora.
Tal vez sea una especie de contradicción entre quién llamó 4.0 y la tercera revolución industrial de la que habla Rifkin. En esencia, los resultados son los mismos. Lo que el Sr. Rifkin nos está diciendo, de una forma u otra, es que el capitalismo tienes los días contados. Es decir, estamos alcanzando un punto en el que vamos a poder producir productos tan baratos que no tendrá sentido marginar sobre esos productos. Esta será la sociedad del coste marginal cero.
Para que revoluciones tan disruptivas ocurran, el Sr. Rifkin considera que deben converger tres ingredientes, tanto para las dos primeras cómo para esta tercera actual. Debe haber una revolución en estos tres conceptos: en las comunicaciones, en la energía y el transporte.
La primera revolución podría ser, más o menos, cuando confluyeron la invención del telégrafo, la llegada del motor de vapor que revolucionó el concepto de energía y la aparición del tren, que permitió un transporte mucho más ágil, por lo menos mucho más que el Pony Express. Por supuesto.
La segunda ola llega con la aparición del teléfono para paliar los problemas de comunicación, la consolidación de todo lo que representa la energía derivada del petróleo y la posterior electrificación de las fábricas, y la invención del concepto del automóvil como una nueva forma de transportar las cosas mucho más fáciles.
La tercera más o menos es lo mismo. Es algo que todavía está sucediendo hoy en día. Representadas por la aparición de un concepto tan etéreo en las comunicaciones como internet junto con el empuje que las energías renovables y todas las iniciativas en esa dirección de respeto al Medio Ambiente que están arrastrando a todo tipo de industrias. Y perfectamente combinada con un concepto que amo con locura, el vehículo eléctrico y por extensión el autónomo. Esa es una realidad imparable que tendrá un tremendo impacto en la logística y el transporte en el futuro. No lo olviden.
Pero tal vez el factor clave para mí en esta revolución, bueno para mí y para muchos, ha sido la nueva relación entre el cliente y el producto. Mucha gente habla de que estamos en la era del cliente. ¿Y que significa? Que no es todo tecnología en el 4.0. Estamos en la era del pulgar hacia arriba o hacia abajo. Los clientes hoy son como Nerón para la Industria. Es obvio que ha ocurrido un gran cambio en la demanda. No solo compramos más. Lo que estamos haciendo hoy primero es descubrir nuestras propias necesidades. A partir de ahí, exploramos y buscamos dónde están los mejores precios. Compramos en lo que ya no es una simple transacción o acto de la compra. Es todo lo que lo rodea. Una vez que he recibido y disfrutado el producto, puedo compartirlo con el resto dando mi opinión y experiencias. Este poderoso acto puede influir en otras personas que al mismo tiempo están explorando sus necesidades y así volvemos al ciclo. Y ese es un gran cambio. Un gran cambio en la demanda.
En el fondo, estamos en un mundo hiperconectado. Si lo recuerda, la información era manejada por unos pocos antes. Eso ha cambiado drásticamente. Todos tenemos acceso a casi todo. Podemos comparar. Podemos hacer mucho más que antes cuando solo podíamos absorber lo que algunas personas compartían con nosotros por interés. A pesar de que estos caballeros usan hoy otras técnicas engañosas para seguir engañándonos, ahora hay una verdadera libertad por descubrir. Eso hace que, en el fondo, el poder lo tengamos nosotros como consumidores.
Pero también, a medida que adquirimos ese poder, demandamos otros requisitos. Todos los días demandamos más. Cada vez exigimos un mayor nivel de compromiso con las marcas y los proveedores. Y, al final, esa demanda a la que nos estamos refiriendo, una demanda bien informada, hace que no solo valoremos el precio. Dentro de nuestra experiencia también valoramos la personalización de los productos y servicios, la entrega rápida y la sostenibilidad energético, incluyendo incluso el proceso de producción detrás del producto que disfruto.
De esta manera, para mantenerse al día con este tema tan interesante, debemos estar atentos a otros avances que hacen posible la existencia del concepto 4.0. En primer lugar, el desarrollo de la fabricación inteligente y la proliferación posterior de fábricas inteligentes, con una serie generadores de energía más respetuosos con el medio ambiente. Por otro lado, existe el paradigma de agilidad que está transformando la industria para obtener una asignación de recursos más eficiente y ágil. Otro aspecto es la mejora de los problemas en las comunicaciones y la existencia de cadenas de producción mucho mejor comunicadas que antaño. Sumamos a esto todo lo relativo a la flexibilidad o la individualización, como ya hemos comentado antes. Hoy estamos creando o actualizando procesos de fabricación más flexibles e individuales. O también la logística, cómo la aparición de nuevas herramientas de logística basadas en un flujo constante de datos e información disponibles. Y, en última instancia, el concepto de digitalización que a día de hoy ya está un poco obsoleto.
Nos vemos en la segunda parte donde voy a hablar sobre tendencias y temores. No te lo pierdas ...
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